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Orígenes

Gracias a recientes investigaciones sabemos que las primeras ocupaciones humanas en esta área se remontan a más de 20 mil años y que, posiblemente, estas tuvieron como antecedente común a la cultura olmeca; sin embargo, sólo hacia el año 2 000 a. C. aparecen los primeros asentamientos aldeanos en el litoral y en las márgenes de los ríos.

Una de esas zonas ecológicas de ocupación es el litoral de Guatemala en el Pacífico, cerca de la frontera de Chiapas. Esa región posiblemente no haya sido poblada por gente de habla maya en tiempos remotos, pero sus culturas primitivas deben haber sido semejantes a las que desembocarían en la vida sedentaria que algún día habría de encontrarse en otras partes de la zona maya.

Las lenguas

En este territorio se hablan actualmente más de 26 idiomas mayenses con un origen común, es decir, que derivan de una misma lengua ya desaparecida, por lo que los lingüistas los agrupan dentro de la familia denominada maya. Todos los idiomas mayenses tienen varias características en común; por ejemplo, en ninguno hay verbo ser; más que marcarse plurales, se señalan colectivos, así tendríamos: piedra (singular) y pedregal (colectivo), pero no piedras (plural); utilizan las partes del cuerpo humano como referencia para establecer comparaciones con diversos objetos, de ahí que la puerta de una casa se denomine “su boca”, el techo “su cabeza”, las paredes interiores “sus entrañas”, etcétera. Además, no cuentan en abstracto como nosotros, uno, dos, tres, cuatro, sino que utilizan clasificadores, palabras que indican la clase de objetos que se van a enumerar. Así, tenemos que en yucateco se utilizan dos clasificadores básicos: tuul para los seres animados y p'eel para los inanimados. Para decir un perro ellos dirían hun tuulpek, y para referirse a dos piedras dirían ka p'eel tun

Civilización maya

Hay una diferencia muy grande entre las culturas aldeanas de este periodo y los asombrosos sitios del periodo Clásico maya; se tienen varias teorías, en algunos casos contradictorias, que explican el progreso de la civilización maya. Una de las más persistentes sostiene que los mayas, previamente y sin distinción alguna, estuvieron bajo el influjo de viajeros llegados de costas tan distantes como las de China. Como asunto de interés para el público profano, debe subrayarse categóricamente que no se ha identificado en ningún sitio maya objeto alguno que haya sido hecho en ninguna parte del Viejo Mundo, y que hasta este momento han sobrevivido al análisis científico muy pocas teorías, o ninguna, que incluyan un contacto transpacífico o transatlántico.

Otra escuela especulativa sostiene que, a causa del bajo potencial agrícola de El Petén y Yucatán, la civilización fue introducida en las tierras bajas por una zona exterior con una ecología más favorable. Hay otros que afirman que ese potencial ha sido sumamente subestimado y que la cultura maya, como se le conoce en lo que se refiere al periodo Clásico, es completamente particular, sin vestigio alguno de influencia exterior.

Estos dos puntos de vista son exagerados y erróneos, al menos en parte. Es un hecho que los mayas de las tierras altas y los de las tierras bajas nunca han estado aislados del resto de Mesoamérica y que las influencias han guiado esporádicamente el curso de la historia cultural maya desde tiempos muy remotos.

Todas las civilizaciones son por sí mismas únicas. La maya clásica de las tierras bajas tenía un calendario muy complicado; escritura; templos-pirámides y palacios de piedra caliza, con cámaras abovedadas; planos arquitectónicos que hacían hincapié en edificios dispuestos en torno de plazas, con filas de estelas de piedra alineadas frente a algunos de esos edificios; cerámica policroma y un estilo artístico muy refinado, que se expresaba en bajorrelieves y pinturas murales. Ahora se sabe que esos rasgos se desarrollaron en los últimos siglos de este periodo (300 a. C.-300 d. C.).

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